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Baja temeraria en licitaciones: qué es y cómo justificarla

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Competir en precio es necesario, pero hacerlo sin estrategia ni control puede llevarte a un terreno peligroso: la baja temeraria.

En esta guía te explicamos de forma clara qué es una oferta anormalmente baja, cuándo se considera temeraria, cómo se calcula y, sobre todo, cómo justificar correctamente ante la Administración.

En EIG hemos visto empresas ganar gracias a justificar bien una baja… y otras perder por no saber hacerlo a tiempo. La diferencia no está en el precio, sino en cómo lo defiendes.

¿Qué es una oferta anormalmente baja?

Una oferta anormalmente baja es aquella que, a ojos del órgano de contratación, parece económicamente inviable para ejecutar correctamente el contrato.

No se trata de “ir barato”, sino de ir tan barato que resulte sospechoso.

La Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público (art. 149) obliga a la Administración a abrir un trámite de justificación antes de excluir a la empresa. Durante ese proceso, el licitador puede explicar por qué su oferta, pese a ser muy baja, es perfectamente viable.

Es el momento de demostrar que tu precio no es un error, sino el reflejo de tu eficiencia.

¿Cuándo se considera baja temeraria?

El umbral que determina si una oferta es temeraria o no depende de dos factores:

  1. El tipo de procedimiento (si solo se valora el precio o también criterios técnicos).

  2. Lo que establece el propio pliego.

En general:

  • Si el único criterio es el precio, se aplican fórmulas predefinidas recogidas en el Reglamento General de la Ley de Contratos (RGLCAP, art. 85).

  • Si hay más criterios de adjudicación, el pliego debe indicar cómo se detecta una baja anormal. Si no lo hace, la mesa de contratación debe notificarlo por escrito y dar oportunidad al licitador de justificarla.

El principio es simple: si tu oferta se aleja mucho del resto o de la media del mercado, la Administración puede pedirte explicaciones.

El pliego es el mapa: de ahí salen el método y las líneas rojas de tu oferta.

Y conviene tenerlo muy claro antes de presentar cualquier propuesta.

Cálculo de baja temeraria según el número de licitadores

Para que te hagas una idea práctica, así se interpreta normalmente:

  • Con pocos licitadores (1 o 2) → si bajas más de un 20–25% respecto al precio base o a la otra oferta, suele considerarse anormal.

  • Con varios licitadores (3 o más) → se calcula la media de todas las ofertas y se considera anormal la que esté más de un 10% por debajo de esa media.

  • En algunos casos, las ofertas demasiado altas se eliminan del cálculo para no distorsionar el resultado.

No existe un único porcentaje, pero sí umbrales orientativos que la mesa puede aplicar, y cada pliego puede definir los suyos.

Siempre revisamos los pliegos antes de ofertar para anticipar estos escenarios y evitar sorpresas.

Es la diferencia entre ofertar con intuición o hacerlo con método.

¿Cómo es posible realizar su justificación?

Cuando te notifican que tu oferta ha sido considerada anormalmente baja, se abre un plazo – normalmente de 3 a 7 días hábiles – para presentar una justificación.

El objetivo es probar la viabilidad de tu propuesta con datos concretos y verificables.

Estas son las claves:

1. Explica tu estructura de costes

Desglosa el precio en mano de obra, materiales, desplazamientos, equipos, seguros, etc.

Muestra que los costes laborales están calculados conforme al convenio y que no has omitido partidas esenciales.

2. Demuestra tus eficiencias

Aquí es donde realmente se gana el argumento.

Puedes justificar el precio por:

  • Economías de escala (compras o producción en volumen).

  • Innovación tecnológica (uso de software, procesos automatizados, digitalización).

  • Experiencia previa (contratos similares ya ejecutados).

  • Proximidad o recursos propios que reducen gastos.

3. Apoya tus afirmaciones con documentos

Adjunta ofertas de proveedores, acuerdos de precios, certificados de calidad, planificaciones de trabajo, o incluso hojas de cálculo que respalden tus números.

4. Haz visible tu cumplimiento normativo

La ley exige que la baja no implique incumplir obligaciones sociales, laborales o medioambientales. Incluye una breve mención a cómo las cumples.

No basta con decir que puedes hacerlo. Hay que demostrar que puedes hacerlo, bien y dentro de la ley.

Documentación que suele pedir el órgano de contratación

La justificación debe ser ordenada, objetiva y comprobable.

Lo habitual es que te soliciten:

  • Memoria explicativa con el detalle de cómo se estructura el precio.

  • Ofertas y contratos de proveedores o acuerdos comerciales que justifiquen los costes.

  • Tablas salariales del convenio aplicable y cálculo del coste real por trabajador.

  • Plan de ejecución o cronograma que muestre cómo se cumplirán los plazos.

  • Certificados o evidencias de calidad, innovación o sostenibilidad.

  • Histórico de contratos similares ya ejecutados con éxito.

  • Análisis de riesgos y medidas de prevención.

Cuanto más claro y estructurado esté el dossier, más fácil será para la mesa validar tu explicación.

En EIG usamos un modelo estándar de dossier que se adapta a cada contrato, pero siempre con la misma lógica: claridad, trazabilidad y evidencia.

Buenas prácticas EIG para superar la revisión

En EIG trabajamos con una metodología diseñada para prevenir y superar con éxito una revisión por baja temeraria.

Estas son algunas de nuestras prácticas clave:

1. Prevención antes de ofertar

Revisamos cada pliego para entender qué fórmula de anormalidad se aplica y cuál es el umbral crítico.

Simulamos escenarios de precios para ver dónde está el punto de equilibrio.

Y dejamos preparada una pre-justificación de costes que agiliza la respuesta si el trámite se activa.

2. Dossier técnico de justificación

Elaboramos una memoria argumentada que explica la viabilidad del precio con un tono técnico, no defensivo.

Incluimos evidencias: contratos, cálculos, comparativas y referencias.

Y redactamos una narrativa coherente: no es que sea barato, es que está optimizado.

3. Comunicación profesional con el órgano de contratación

Entregamos la documentación dentro del plazo, bien estructurada y numerada.

Mantenemos un tono objetivo y profesional, evitando justificaciones genéricas.

Y si hay dudas sobre la fórmula usada, pedimos aclaración motivada, siempre desde la técnica y la transparencia.

Nuestro objetivo no es pasar el filtro; es demostrar por qué somos la mejor opción al precio ofertado.

Conclusión

Con método, la baja temeraria no es un riesgo: una buena justificación demuestra control de costes y margen y puede darte ventaja.

Si necesitas ayuda para preparar tu justificación o fortalecer tus ofertas, en EIG ponemos a tu disposición nuestro servicio de gestión de licitaciones, con expertos que te acompañan desde el análisis del pliego hasta la defensa técnica final.

En este terreno, la diferencia entre ser descartado o adjudicatario no está en el precio… sino en cómo lo explicas.

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