Comprender la diferencia entre una licitación pública y privada es clave para cualquier empresa que quiera acceder a oportunidades de negocio tanto en el sector público como en el privado. Aunque ambas comparten el objetivo de contratar bienes o servicios, sus procesos, requisitos y niveles de transparencia son muy distintos. En este artículo te explicamos en qué se diferencian, cómo funciona cada una y qué debes tener en cuenta para decidir dónde te conviene competir.
¿Qué es y para qué sirve?
Una licitación es un procedimiento mediante el cual una entidad —ya sea pública o privada— selecciona proveedores para contratar bienes, servicios u obras.
Su propósito principal es garantizar la mejor relación entre calidad y precio, asegurando que se elige la propuesta más adecuada entre varias alternativas.
Ahora bien, no todas las licitaciones funcionan igual.
Pueden desarrollarse:
De forma abierta, permitiendo la participación de cualquier proveedor que cumpla los requisitos.
O de forma restringida, mediante invitación directa a empresas seleccionadas por el convocante.
La clave está en quién lanza la licitación y bajo qué criterios decide gestionarla.
El objetivo final: Eficiencia, calidad y el mejor precio
Una licitación bien diseñada no se limita a premiar la oferta más barata.
Busca valor añadido, experiencia contrastada, capacidad de cumplimiento, garantías y, sobre todo, resultados sostenibles.
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¿Qué es una licitación pública?
Es el procedimiento por el que una administración pública —ya sea un ayuntamiento, ministerio, universidad o empresa pública— contrata a empresas externas para cubrir una necesidad. Todo el proceso está regulado por la Ley de Contratos del Sector Público, se publica en plataformas oficiales y garantiza la libre concurrencia, la transparencia y la igualdad de oportunidades entre proveedores.
📖 La Ley de Contratos del Sector Público (LCSP)
Para que las licitaciones públicas sean verdaderamente abiertas, objetivas y equitativas, en España se rigen por un marco legal claro: la Ley 9/2017, de Contratos del Sector Público (LCSP).
Esta norma:
Obliga a la transparencia en todo el proceso
Establece los procedimientos de contratación
Garantiza la igualdad de oportunidades entre empresas
Todo está regulado por esta ley: desde los plazos hasta los criterios de adjudicación, pasando por los medios de impugnación. Por eso es clave conocerla bien si quieres competir en el sector público.
Tipos de procedimientos en la contratación pública
En función del importe, la complejidad o la urgencia del contrato, las administraciones pueden recurrir a distintos procedimientos para licitar:
Procedimiento abierto (normal o simplificado):
Cualquier empresa puede presentar oferta. Es el más común.
En su versión simplificada se reduce la carga administrativa para contratos de menor importe.
Procedimiento restringido:
Solo pueden presentar ofertas las empresas que han sido previamente seleccionadas tras una primera fase de evaluación.
Procedimiento negociado:
La administración invita directamente a proveedores seleccionados y negocia con ellos aspectos técnicos y económicos antes de adjudicar el contrato.
Contratos menores:
Para importes bajos (habitualmente inferiores a 15.000 € para servicios y 40.000 € para obras), con tramitación más ágil y sin necesidad de licitación formal abierta.
Diálogo competitivo:
Se utiliza en contratos muy complejos donde la administración no tiene clara la solución técnica y necesita intercambiar ideas con los licitadores antes de adjudicar.
Aunque cada procedimiento tiene sus reglas y requisitos específicos, todos deben respetar los principios básicos de publicidad, concurrencia, transparencia y no discriminación.
¿Qué es una licitación privada?
A diferencia del sector público, las empresas privadas o entidades sin obligación legal pueden contratar libremente a quien consideren más adecuado, sin estar sujetas a una normativa específica como la Ley de Contratos del Sector Público.
En este tipo de procesos:
No existe obligación de publicación ni transparencia formal.
Pueden invitar directamente a los proveedores que conocen o en quienes confían.
Tienen total libertad para definir criterios, plazos y condiciones.
Esto permite una contratación más ágil y flexible, pero también implica que la competencia depende en gran medida de las relaciones previas y de la visibilidad que tenga tu empresa en el sector.
Participar en licitaciones privadas requiere estar bien posicionado, tener presencia activa en el mercado y ser fácilmente localizable cuando una empresa necesita cubrir un servicio o suministro.
Regulación y marco jurídico
A diferencia de la contratación pública, la licitación privada no se rige por una normativa específica como la Ley de Contratos del Sector Público.
En su lugar, se basa en los principios generales del Código Civil y en la libertad contractual, lo que permite a las empresas definir sus propios procesos de compra y establecer condiciones según sus intereses.
Eso sí, muchas entidades privadas —especialmente grandes compañías o grupos corporativos— cuentan con políticas internas de compras que, aunque no son obligatorias por ley, pueden seguir criterios similares a los públicos: evaluaciones comparativas, concursos cerrados, baremaciones técnicas… pero siempre con mayor flexibilidad y margen de discreción.
Características clave: Invitación, confidencialidad y agilidad
Pueden invitar solo a 2 o 3 empresas de confianza
No suelen publicar los criterios con antelación
Pueden decidir sin justificación
El proceso es mucho más rápido
⚠️ Pero también menos transparente y con más margen para decisiones subjetivas.
Diferencias clave: Licitación pública vs. privada
Aunque ambos procesos tienen como objetivo contratar al proveedor más adecuado, difieren en aspectos clave como quién los convoca, cómo se gestionan, qué requisitos de participación exigen y qué nivel de transparencia y garantías ofrecen.
La siguiente tabla resume las principales diferencias entre una licitación pública y una privada:
Elemento | Licitación Pública | Licitación Privada |
Convocante | Administración (local, autonómica, estatal…) | Empresa privada o fundación |
Marco legal | Ley de Contratos del Sector Público (LCSP) | Código Civil y libertad contractual |
Publicidad | Obligatoria (PLACSP, DOUE, etc.) | No obligatoria |
Participación | Abierta a cualquier empresa que cumpla | Limitada o por invitación |
Plazos y procedimiento | Estandarizados y regulados | Flexibles y a decisión del convocante |
Criterios de adjudicación | Claros y públicos | Discrecionales o no comunicados previamente |
Recurso si pierdes | Sí (recurso especial, recurso contencioso…) | No necesariamente, salvo vía judicial |
Relación postcontrato | Formal, regulada | Más personalizada y abierta a negociación |
Ventajas y desventajas para tu empresa: ¿Dónde te conviene competir?
Elegir entre licitación pública o privada no es solo una cuestión de preferencia, sino de estrategia empresarial. Cada opción tiene ventajas e inconvenientes, y su idoneidad depende del tamaño de tu empresa, tu posicionamiento y tu red de contactos.
Licitación pública
Ideal si estás buscando escalar, acceder a contratos estables y entrar en nuevos mercados.
- ✅ Acceso a más oportunidades abiertas y visibles
- ✅ Mayor seguridad jurídica y procesos reglados
- ❌ Burocracia más exigente y alta competencia
- ❌ Plazos de resolución más largos
Licitación privada
Más recomendable si tienes relaciones consolidadas con ciertas empresas o estás empezando a moverse en un sector concreto.
- ✅ Procesos más ágiles, flexibles y trato directo con el cliente
- ✅ Posibilidad de ajustar condiciones y negociar
- ❌ Poca transparencia en los criterios de selección
- ❌ Difícil acceso si no formas parte del círculo de confianza del comprador
En resumen, si tu empresa tiene estructura, capacidad para competir con documentación bien trabajada y quieres estabilidad: apuesta por lo público. Si prefieres una vía más directa, rápida y ya tienes relaciones generadas: explora el canal privado.
¿Cómo y dónde encontrar oportunidades de licitación?
Conocer dónde se publican las oportunidades es clave para no quedarse fuera del juego.
Las fuentes de información varían mucho según estemos ante una licitación pública o una privada:
En el ámbito público, las oportunidades están disponibles para todos, pero hay que saber dónde mirar:
- Boletines oficiales autonómicos y provinciales como el BORME, el DOGV o el BOJA
- Webs y perfiles de contratante de ministerios, diputaciones, ayuntamientos y universidades públicas
En el ámbito privado, las oportunidades rara vez se publican: hay que estar en el radar del cliente.
- Redes de contactos y relaciones comerciales
- Consultoras o empresas integradoras que subcontratan
- Ferias sectoriales y eventos como Alimentaria o Smart Agrifood Summit
- Plataformas como InfoJobs Freelance, Workana, LinkedIn ProFinder o B2BRouter
💡 En la licitación pública hay que buscar activamente.
En la privada, hay que dejarse encontrar.
Recomendaciones finales para preparar una oferta ganadoras
- Lee el pliego con lupa: cada coma importa
- Investiga al comprador: qué valora, qué ha contratado antes
- Adapta tu propuesta al lenguaje del cliente
- Sé claro, conciso y convincente
- Prepara bien la parte técnica y económica
- Entrega a tiempo. Siempre.
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Preguntas frecuentes
¿Puede una pyme participar en una licitación pública?
Sí. De hecho, muchas licitaciones están diseñadas específicamente para facilitar el acceso a pequeñas y medianas empresas. Existen procedimientos simplificados, lotes y contratos menores que reducen la carga administrativa y aumentan las posibilidades de participación.
¿Qué pasa si gano una licitación y luego no puedo cumplir el contrato?
En el caso de licitaciones públicas, puedes enfrentarte a penalizaciones económicas, resolución del contrato e incluso quedar inhabilitado para futuros concursos. En el ámbito privado, las consecuencias dependerán de lo estipulado en el contrato firmado entre las partes.
¿Cómo sé si una licitación encaja con mi empresa?
Revisa bien el pliego de condiciones técnicas y administrativas: requisitos de solvencia, experiencia previa, capacidades técnicas, etc. Si tienes dudas, es recomendable contar con asesoramiento especializado para evaluar la viabilidad de tu participación.
¿Participar en una licitación privada garantiza menos competencia?
En general, sí. Al ser procesos más cerrados y selectivos, suelen participar menos empresas. Sin embargo, eso también significa que debes estar dentro del círculo de confianza del cliente o haber generado visibilidad previa para ser invitado.